Las
mujeres en Estados Unidos tienen leche de calidad muy pobre. Esa es la
conclusión a la que llegaron antropólogos de la Universidad de
California e investigadores de la Universidad de Pittsburgh que
compararon muestras con las de mujeres de la etnia tsimane en Bolivia y
encontraron estas últimas muchísimo más altas en ácidos grasos Omega-3.
El estudio no sólo examinó el contenido de ácidos grasos en la leche materna y dieta de las mujeres sino las costumbres de amamantamiento en ambos lugares y los correlacionó con el desarrollo del cerebro infantil.
Los ácidos grasos Omega -3 en particular el acido docosahexaenoico (ADH) son considerados fundamentales durante el desarrollo fetal del cerebro y hasta los dos años y medio de vida de los niños. Las deficiencias de este elemento en la dieta del menor puede resultar en severos retrasos cognitivos y visuales y repercutir también en la salud general de los adultos.
Reina de las grasas
El codirector de la investigación, doctor Steven Gaulin, profesor de antropología de la Universidad de California, en Santa Bárbara (USCB) resaltó la importancia de los ácidos grasos Omega-3 especialmente el ADH que constituye 10 por ciento del cerebro.
"El ADH es la reina de las grasas", afirmó a BBC Mundo. Es crucial en el desarrollo del cerebro y su funcionamiento dijo, contribuyendo a la eficiente transmisión eléctrica de las neuronas.
Como el cerebro de los niños en sus primeros años crece a un ritmo muy rápido, las madres tienen que tener esa sustancias en sus reservas grasas para transferirlas a sus criaturas durante la lactancia.
Melanie Martin, que prepara su tesis de doctorado de antropología de UCSB en base aun proyecto con la cultura tsimane de la amazonia boliviana, tomó muestras de leche materna para analizar el contenido de ácidos grasos.
El resultado fueron altos niveles de ADH, colocando a las tsimane por encima del 95 por ciento de la población mundial y sólo debajo de culturas como la inuit, de la zona ártica, la japonesa y algunas comunidades caribeñas.
El ADH se encuentra en el pescado y las poblaciones que más lo consumen tienen más ácidos Omega-3 en sus dietas y en la leche materna", expresó Martín.
Lo curioso es que mientras las tsimane sí consumen pescado lo hacen sólo por temporada, cuando los ríos están bajos y la pesca es fácil pero, como es de agua dulce, contiene menos ADH que el pescado de mar.
En contraste, las muestras de leche materna tomadas de un grupo de mujeres en Estados Unidos indicaron niveles muy bajos de esta grasa fundamental, colocando al país cerca del fondo de la tabla de contenido de ADH, un resultado que también se repite en países industrializados de Europa Occidental.
El estudio no sólo examinó el contenido de ácidos grasos en la leche materna y dieta de las mujeres sino las costumbres de amamantamiento en ambos lugares y los correlacionó con el desarrollo del cerebro infantil.
Los ácidos grasos Omega -3 en particular el acido docosahexaenoico (ADH) son considerados fundamentales durante el desarrollo fetal del cerebro y hasta los dos años y medio de vida de los niños. Las deficiencias de este elemento en la dieta del menor puede resultar en severos retrasos cognitivos y visuales y repercutir también en la salud general de los adultos.
Reina de las grasas
El codirector de la investigación, doctor Steven Gaulin, profesor de antropología de la Universidad de California, en Santa Bárbara (USCB) resaltó la importancia de los ácidos grasos Omega-3 especialmente el ADH que constituye 10 por ciento del cerebro.
"El ADH es la reina de las grasas", afirmó a BBC Mundo. Es crucial en el desarrollo del cerebro y su funcionamiento dijo, contribuyendo a la eficiente transmisión eléctrica de las neuronas.
Como el cerebro de los niños en sus primeros años crece a un ritmo muy rápido, las madres tienen que tener esa sustancias en sus reservas grasas para transferirlas a sus criaturas durante la lactancia.
Melanie Martin, que prepara su tesis de doctorado de antropología de UCSB en base aun proyecto con la cultura tsimane de la amazonia boliviana, tomó muestras de leche materna para analizar el contenido de ácidos grasos.
El resultado fueron altos niveles de ADH, colocando a las tsimane por encima del 95 por ciento de la población mundial y sólo debajo de culturas como la inuit, de la zona ártica, la japonesa y algunas comunidades caribeñas.
El ADH se encuentra en el pescado y las poblaciones que más lo consumen tienen más ácidos Omega-3 en sus dietas y en la leche materna", expresó Martín.
Lo curioso es que mientras las tsimane sí consumen pescado lo hacen sólo por temporada, cuando los ríos están bajos y la pesca es fácil pero, como es de agua dulce, contiene menos ADH que el pescado de mar.
En contraste, las muestras de leche materna tomadas de un grupo de mujeres en Estados Unidos indicaron niveles muy bajos de esta grasa fundamental, colocando al país cerca del fondo de la tabla de contenido de ADH, un resultado que también se repite en países industrializados de Europa Occidental.
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