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Hace poco hablamos sobre la importancia de mantener un ritmo circadiano correcto, donde también entra un buen ritmo del sueño - vigilia. Para que esto funcione correctamente, hay que mantener un correcto horario de horas de sueño (no, la siesta española no cuenta). Es decir, dormir entre 7 - 8 horas, y siempre intentar irse a dormir a una hora determinada. Pero, ¿qué puede ocurrir con nuestro organismo si no seguimos un horario correcto, con un número de horas adecuado?

Trastornos del sueño

Como ya sabéis, nuestro sueño tiene varias fases, siendo las más importantes la fase REM y la fase no-REM. Durante la primera fase, la REM, se procesan los recuerdos y pensamientos del día (se producen los sueños vividos). En la fase no-REM se producen las funciones de restauración, donde el cerebro se recupera y se liberan las hormonas que hacen que nuestro cuerpo se recupere.

La parte interesante del asunto es que durante las primeras horas de la noche (desde las 23:00 a las 03:00) predomina la fase no-REM; pero en la segunda mitad de la noche (desde las 03:00 a las 07:00) predomina la fase REM. Por tanto, si nos vamos a dormir demasiado tarde, tendremos propensión a experimentar mucha fase REM y poca fase no-REM, reduciendo así las funciones de descanso y recuperación de nuestro cerebro.

Insomnio

Evidentemente, no llevar un ritmo del sueño adecuado e irnos a dormir excesivamente tarde también puede acarrear la alteración de los ciclos circadianos, haciéndonos propensos al insomnio. Nos costará más dormir, nos despertaremos con más facilidad y por tanto descansaremos menos. Y, desde luego, el despertar y el resto del día no serán muy agradables para nosotros por la falta de descanso acarreada.

Accidentes

Sufrir de falta de sueño, mala calidad de este, o somnolencia durante el día también conlleva una reducción de nuestra eficiencia y productividad, propiciándonos a cometer errores y llegando incluso a tener accidentes (¿Cuántos accidentes habrán sido provocados por algún conductor que no ha descansado lo suficiente?).

Existe incluso un estudio que demostró que la incidencia de accidentes relacionados con el sueño aumentaba en aquellos conductores que habían dormido menos de siete horas de promedio.

Nuestro sistema inmune se resiente

No dormir no solo afecta a nuestro descanso, sino que nuestro sistema inmune también se ve afectado, pues durante el sueño es cuando se activan nuestros mecanismos de defensa, y por tanto si no disfrutamos de este sueño adecuadamente nuestras defensas bajan, haciéndonos más propensos a sufrir enfermedades.

Cáncer

Según un estudio llevado a cabo en 23.995 mujeres japonesas, una disminución de las horas de sueño (concretamente menos de seis horas al día) se puede asociar a un mayor riesgo de sufrir cáncer de mama, en comparación a aquellas mujeres que duermen siete horas o más por las noches. La hipótesis que manejan los investigadores es que la melatonina es secretada sobre todo por la glándula pineal, y esta es un factor clave en la relación del sueño con el cáncer.

Y estas solo son unas pocas consecuencias de las tantísimas que existen a la hora de recortar en nuestro descanso y horas de sueño. Por ello, como siempre os digo, ¡Dormid! ¡Dormid y disfrutad todo el tiempo necesario! Vuestro cuerpo os lo agradecerá.